Título: The Spell
Año: 2006
Sello: TOUCH & GO / Green UFOS
Estilo: ROCK
Formato: CD
Edición: 1CD
Precio: 16,95 €
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1. Tangled
2. The Spell
3. Not Just Words
4. The Letter
5. The Replacement
6. Return To Burn
7. Gps
8. The Waiter #5
9. Places
10. The Fix
11. To Bring You Back
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The Spell (El Hechizo) es el nombre más apropiado que nunca ha tenido un disco de BLACK HEART PROCESSION. Es cierto que One y Two y Three tenían la economía de su parte, y Amore del Tropico ya nos inclinaba a pensar en la intriga. Pero The Spell lo clava. Los hechizos caen sobre una persona, un amor, un país, el mundo; te encantan y te hacen caer en su trampa, te desorientan y te ilusionan. Son el corazón de este disco, son a la vez las redes que se tejen y el ruido que hacen al romperse. Y no hay una palabra que sea mejor que el sonido de The Black Heart Procession para describir este perverso envenenamiento.
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Nadie como ellos para crear la banda sonora imaginaria de una viaje nocturno cruzando el oeste. Como un paisaje abierto, esta es música que sabe como ser a la vez desolada y exuberante. Y que sabe que mientras que la tristeza te derrumba, el descontento te hace avanzar. Así la procesión nunca para. Aquí, un medio tiempo puede convertirse en un oscuro y seductor vals, y cerca, el violín y el piano evocan la banda de un cabaret solitario y lúgubre. Entonces, las cuerdas callan su llanto triste y cambian a un repiqueteo impulsivo, y ahora pedales que suenan a metal y de repente estamos avanzando en línea recta por una carretera en un cinematográfico crepúsculo.
Nadie como ellos para crear la banda sonora imaginaria de una viaje nocturno cruzando el oeste. Como un paisaje abierto, esta es música que sabe como ser a la vez desolada y exuberante. Y que sabe que mientras que la tristeza te derrumba, el descontento te hace avanzar. Así la procesión nunca para. Aquí, un medio tiempo puede convertirse en un oscuro y seductor vals, y cerca, el violín y el piano evocan la banda de un cabaret solitario y lúgubre. Entonces, las cuerdas callan su llanto triste y cambian a un repiqueteo impulsivo, y ahora pedales que suenan a metal y de repente estamos avanzando en línea recta por una carretera en un cinematográfico crepúsculo.
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